martes, 10 de febrero de 2015

La sabiduría popular en el embarazo

Cuando estás embarazada hay cosas que vienen en el lote. Además de engordar, perder de vista tus tobillos y que te den ardores todas las noches, tienes que aguantar las supersticiones y la sabiduría popular.
No me gusta que me toquen la barriga, yo no le la toco a nadie y menos sin permiso, pero en mis dos embarazos he tenido que aguantarlo e incluso que gente desconocida me sobara para que le diera buena suerte. Yo digo ¿es que soy ahora la Virgen de Fátima o una pata de conejo?
Otro tema que tienes que soportar con una sonrisa es que la gente se entretenga en averiguar si el bebé es niño o niña por los métodos más variopintos del mundo como la forma de la barriga, la cara de la madre y demás métodos supercientíficos. Pero lo que me dejó helada fue la siguente anécdota de mi último embarazo: Como yo soy una polvorilla, estando de 34 semanas, me caí en la calle cuando iba corriendo a la farmacia aprovechando la hora del desayuno en el trabajo. Lo viví a cámara lenta y milagrosamente en mitad de mi vuelo en el aire me giré y caí de costado porque iba de boca sobre la barriga. En un instante estaba rodeada de gente con cara de preocupación que además habían recogido mi bolso y uno de mis zapatos, que habían salido volando. Después de comprobar que me dolía todo menos la barriga me levanté un poco abochornada, la verdad, y en medio del jaleo de expresiones de preocupación y ánimo escucho : "¿Lo que llevas es una niña?" Yo contesté que sí intrigada y la señora me dice "Lo sabía, con las niñas te caes de frente y con los niños de culo" Del estupor se me olvidaron hasta los dolores del moratón de la pierna y la muñeca. Desde luego, hay teorías  y gente para todo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario